viernes, 1 de mayo de 2009

Monumento al Quirquincho

Las calles, los parques y los paseos de las más bellas ciudades del mundo son espacio propicio para instalar adornos y obras de arte que sus orgullosos ciudadanos cuidan y valoran.

Si bien nuestra hermosa Salta cuenta con monumentos y bustos de intención histórica, algunos de gran belleza como la estatua de Facundo de Zuviría, obra de Lola Mora, que luce en el recuperado Parque San Martín, los espacios públicos salteños aparecen, en general, desnudos cuando no abandonados.

Los bustos de personalidades locales no siempre están bien identificados y el mantenimiento de los monumentos suele apartarse de las reglas del arte.

Pero un quirquincho bola, espléndido, metálico, enorme, colorido y vigilante acaba de hacer irrupción en el paisaje urbano.

Concretamente, en la zona de Ciudad del Milagro, cerca del límite que separa Vaqueros de la Capital salteña.

Mañana, el artista que realizó en metales reciclados el espléndido monumento al quirquincho, las autoridades y los vecinos, inaugurarán solemnemente la primera glorieta decorada que enaltecerá una de nuestras grandes avenidas.

A estas alturas, no se si la iniciativa (y los elogios que la misma merece) corresponden al señor Intendente de Salta o al de Vaqueros, dado que el quirquincho está ubicado muy cerca del límite entre ambos municipios.

En cualquier caso, cuando las autoridades hagan su entrada triunfal en la zona, deberían aprovechar unos minutos para observar dos enormes basurales a cielo abierto que afean el camino a Castellanos, a escasos metros del quirquincho.

Y de paso, ordenar su inmediata limpieza y exhortar a los vecinos a no reincidir en esta incivil costumbre de arrojar basuras y escombros en cualquier sitio alejado de sus casas.

(Para FM Aries)

jueves, 30 de abril de 2009

Salta necesita constructores de consenso

Muchos de quienes nos gobernaron desde 1983 a la fecha, pensaron y piensan -en su fuero íntimo- que eficacia y democracia son conceptos antagónicos.

En realidad, hay gobernantes que en nombre de la eficacia están dispuestos a dejar de lado principios morales, violentar normas jurídicas y burlar instancias de control. Especulan con que la ciudadanía salteña premia al que hace y es benévola con quienes dejan de lado las reglas éticas y legales.

En nombre de la eficacia, aquellos gobernantes desprecian también a las minorías y se adscriben a diversas formas de cesarismo.

Sus teóricos y asesores pueden llegar a admitir que la construcción de consensos, necesariamente ardua y lenta, es un requisito de las modernas democracias. Pero rápidamente optan por dejarla de lado en beneficio del “ordeno y mando”, más grato al autoritarismo y más acorde con la eficacia.

Si se trata de construir caminos, contratar consultorías, o comprar kits escolares, es más eficaz la contratación directa que las licitaciones. Si hay que incorporar personal es más directo el amiguismo que los concursos. Para el cesarismo, los controles previos son dilatorios y los controles posteriores forman parte de la máquina de impedir.

Quien se atreviera a comparar, por ejemplo, la democracia española con la democracia salteña, advertiría que una de las diferencias radica en la teoría y en la práctica del consenso.

Mientras que para los españoles (sobre todo durante la transición), el consenso es un valor superior, para los gobernantes salteños (al menos para la mayoría de ellos), el consenso es una rémora.

Pero, además de este problema, si se quiere ideológico, hay una diferencia importante: Salta carece de personas preparadas para generar y construir consensos. Años de autoritarismo nos vinculan más con los Césares que con la democracia consensual. Son más nuestras la querella, la demolición, el chiste y la calumnia.

(Para FM Aries)

miércoles, 29 de abril de 2009

Promesas y hechos contra los Lules

No hay dudas históricas acerca de que nuestros comprovincianos los Lules vivían en estas tierras antes de que llegaran los españoles con su fe, sus caballos, sus ambiciones y sus arcabuces.

En cambio, no hay certezas respecto del sitio donde habitaban antes de la conquista. Mientras algunos los sitúan en el Chaco salteño (vinculándolos con los ataques a Esteco), otros los ubican en el Valle de Lerma, desde donde hacia 1558 se sumaron a la revuelta liderada por don Juan Calchaquí.

Estas imprecisiones históricas tienen mucho que ver con la feroz política de extrañamientos y traslados que los españoles ejecutaron para castigar la insumisión. Es probable que muchos Lules fueran llevados por la fuerza a Tucumán, al Departamento de su nombre.

Pero es también cierto que otros Lules permanecieron en este Valle de Lerma y que conviven hoy pacíficamente con españoles, criollos, mestizos, y demás hombres del mundo que quisieron y quieren habitar nuestro suelo al amparo del Preámbulo constitucional.

Muchas familias de Lules llevan centenares de años viviendo en Finca Las Costas siendo, casualmente, vecinos del Gobernador.

Quienes los conocen dan testimonio de su civismo, de su contracción al trabajo, de sus prácticas higiénicas, de su respeto por el medio ambiente. Son hombres y mujeres de buena voluntad.

Todas estas cualidades no han sido suficientes para detener la solapada agresión de que han sido objeto recientemente, cuando personas organizadas decidieron ocupar sus tierras y avanzar sobre sus explotaciones agrícolas.

Al parecer, políticos indocumentados e irresponsables habrían prometido estas tierras a quienes hace unos días decidieron “hacer realidad la esperanza”, aún a costa de los derechos de los Lules.

Los jueces deberían restablecer el orden. Y los políticos cumplir sus promesas, dentro de la Ley y sin humillar a los Lules.

martes, 28 de abril de 2009

El "cuarto pilar" del Estado del Bienestar

Las distancias que separan a los Estados de bienestar europeos del Estado de bienestar argentino son abismales. Tanto en calidad como en cantidad de prestaciones.

Con el añadido de que mientras en Europa los beneficios son verdaderos derechos sociales, en la Argentina muchas prestaciones dependen de la buena voluntad de las autoridades o de las disponibilidades presupuestarias.

Hace algunos años, la Europa socialmente mas avanzada instauró lo que se conoce con el nombre de “cuarto pilar” del Estado de Bienestar. Se trata de un conjunto de prestaciones pensadas para atender a las personas que no pueden valerse por si misma.

Los europeos, en este sentido, decidieron relevar a las familias, generalmente a las mujeres, de las cargas que impone la asistencia a los no auto-válidos, poniendo a su disposición subsidios y servicios ciertamente sofisticados.

Es así como las familias pueden contratar a especialistas que asistan a los discapacitados con la frecuencia necesaria, corriendo el pago de sus salarios a cargo de la Seguridad Social. O dotar a los no auto-válidos de tele-señales para recabar inmediata asistencia médica.

Hasta aquí, en Salta y en el resto del país, las familias son las que deben correr con este tipo de atención y con los ingentes gastos que demandan las personas de edad muy avanzada o quienes padecen enfermedades tan crueles como el Alzheimer.

Pero, afortunadamente, las cosas comenzarán a cambiar en breve.

Al menos, si el Gobierno de la Nación se apresura a reglamentar la reciente Ley 26.480 que obliga a las Obras Sociales y al PAMI a brindar asistencia domiciliaria con el fin de favorecer la vida autónoma de los discapacitados, enfermos o ancianos.

Es una buena noticia, a la que sólo habría que objetar la exigencia de trámites que podrían generar burocracia, dilaciones o favoritismos.

(Para FM Aries)