viernes, 25 de junio de 2010

España vuelve a reformar su derecho del trabajo

Para concluir con esta suerte de miniserie dedicada a la situación de España, analizaré algunos aspectos de su régimen laboral y de la reforma que, ante el fracaso del diálogo social tripartito, está impulsando el gobierno socialista del Presidente Zapatero.

La crisis ha puesto de manifiesto, a veces con tonos dramáticos, la inadecuación del derecho español del trabajo así como de la negociación colectiva que se desarrolla dentro de ese país. Hoy parece claro que el régimen laboral que surgió de la reforma de la Constitución Española de 1978 y del Estatuto de los Trabajadores de 1980, no está ya en condiciones de funcionar creando empleo y buenas condiciones de trabajo dentro de un régimen de estabilidad cambiaria y de una economía en acelerada globalización.

Los casi 4 millones y medio de desempleados y la pérdida de competitividad que se deriva del incremento del llamado costo laboral unitario, muestran aquella caducidad.

En tiempos de bonanza, el régimen laboral incentiva la creación de empleos temporarios o precarios que castigan a jóvenes y a inmigrantes. En épocas de crisis y a falta de mecanismos de flexibilidad socialmente razonables, el mercado de trabajo se ajusta a través de despidos y de elevados índices de desempleo.

Las reglas vigentes son, bueno es recordarlo, resultado de antiguos pactos entre los sindicatos mayoritarios (UGT y CCOO) y la patronal española que, allá por los años 80 y 90, sellaron acuerdos que beneficiaban a determinados grupos de trabajadores (generalmente de edad media, afiliados a los sindicatos y escasamente preparados para los desafíos del futuro) con el beneplácito de las empresas tranquilas al disponer de la vía de escape que representaba la peseta devaluable.

Esta caducidad de las leyes laborales y de los convenios colectivos se agudiza, su cabe, ante la urgente necesidad que tiene España de abordar una profunda reforma de su modelo económico escasamente competitivo y basado en la construcción y en el turismo. De allí que los socialistas españoles, tras esperar un acuerdo que finalmente resultó imposible entre los sindicatos y la patronal, hayan decidido impulsar una amplia reforma laboral y pagar los inevitables costos políticos de la misma.

Según los primeros borradores que han trascendido, la reforma estará centrada en la promoción del empleo estable (clausurando las facilidades para la contratación temporal), en el abaratamiento y simplificación de determinados despidos, y en la descentralización de la negociación colectiva, de modo de facilitar que las empresas pueda adaptar las condiciones pactadas en los convenios colectivos nacionales. Facultándolas, además, a descolgarse de estos convenios cuando así lo aconseje la situación económica de cada empresa.

¿Qué vínculos existen entre esta reforma y la situación del mercado laboral argentino? En este sentido me atrevo a llamar la atención sobre dos diferencias fundamentales: Mientras el sistema laboral español está impedido de ajustarse vía devaluaciones, el régimen argentino ha recuperado esta facultad. La segunda pone de relieve que nuestro mercado de trabajo, a diferencias del español, se ajusta a través del trabajo en negro y de una bajísima tasa de actividad; factores ambos que se relacionan directamente con la tolerancia de la pobreza como elemento central de flexibilidad.

martes, 22 de junio de 2010

Novedades españolas de interés para Salta

Continuando con esta mini serie dedicada a asuntos españoles, dejaré de lado las cuestiones relacionadas con la política o con la economía, para abordar tres aspectos de la vida cotidiana que considero de interés para nosotros los salteños o que despertaron simplemente mi curiosidad.

Comienzo por los avances que en materia de recogida de basura doméstica se registran en muchas ciudades españolas. Se trata, a mi entender, de mejoras urbanas que vienen a sumarse a la universal y civilizada costumbre española de separar la basura en los hogares.

Hasta aquí, los vecinos debían depositar sus residuos, convenientemente separados, en contenedores callejeros a cielo abierto, que eran desagotados a diario por los servicios municipales. Pues bien, la innovación que llamó mi atención (recuérdese que soy un vecino de Vaqueros, en donde hay enormes carencias en esta materia) fue el soterramiento de los contenedores públicos.

Dicho en otros términos: Varios municipios españoles han comenzado a reemplazar los antiguos contenedores de superficie por depósitos subterráneos, higiénicos, cómodos para los vecinos, adaptados a cada tipo de basura (orgánica, plásticos, papel). Este servicio municipal se complementa con contenedores especiales para pilas, aceites domésticos usados, chatarra informática e incluso ropa en desuso.

Se me ocurre que bien haría nuestro ilustre Gobernador en incluir, cada vez que lleva de gira por Europa a intendentes salteños para conocer procesos vitivinícolas, programas de actualización en materia de recolección y tratamiento de la basura urbana. En Salta abundan los sabios en uvas y vinos, tanto como escasean los expertos en residuos.

El segundo hecho que llamó mi atención de vallisto, fue la implantación de artefactos donde los futuros automóviles eléctricos podrán recargar sus pilas y baterías; muchas de ellas, como se sabe, se construyen aprovechando el litio salteño. Por lo pronto, hay algunos ya instalados en la zona del Parque del Retiro para atender las necesidades de los que se adelantan a una tendencia inexorable.

Los servicios públicos con que cuenta la Comunidad de Madrid, y entro aquí en el tercero de los temas elegidos, para ayudar y apoyar a las familias, son ciertamente muy buenos y bien podrían inspirar a los funcionarios salteños que tienen a su cargo las escuálidas líneas de actuación en apoyo de las familias en dificultades. A los funcionarios, pero también a nuestras esforzadas organizaciones no gubernamentales.

El Gobierno autónomo de la región de Madrid, con la asistencia de expertos al alta cualificación, ha diseñado programas, herramientas, talleres, protocolos de actuación que están al alcance de las familias para ayudarlas a superar problemas tales como el desempleo, la exclusión social, la violencia, los duelos, las separaciones y divorcios, las adicciones al juego, al alcohol o a las drogas.

Mi visita a estos servicios españoles conectaron con mi percepción de que gran parte de los problemas salteños asociados con la pobreza precisan de enfoques centrados en las familias, en la educación, en los valores. O sea, complementar la asistencia material, con ayudas al desarrollo espiritual y humano de nuestros coterráneos excluidos o en riesgo de exclusión.

(Para FM Aries)