sábado, 31 de julio de 2010

No se olviden de Reconquista

En una columna anterior, escrita a propósito de un encuentro de amigos peronistas que en 1983 formaron parte de la Lista Amarilla, me referí a la vocación de los salteños por las recordaciones y los aniversarios.

Mientras la escribía caí en cuenta de que rondamos otro aniversario político que nadie, al menos hasta ahora, ha recordado: Me refiero a la fundación de la Agrupación Reconquista, un acontecimiento ocurrido hace ahora 40 años. Todo comenzó entonces con la iniciativa de varios amigos, en su mayoría abogados, de adquirir acciones en el diario El Intransigente, que atravesaba una delicada situación económica, asociándonos a un grupo de empresarios locales e invitando a representantes de la CGT de Salta.

El experimento, que comenzó rebautizando al diario con el nombre de Democracia, estuvo marcado por nuestro doble enfrentamiento con la dictadura de Onganía y con nuestro competidor periodístico, así como por la orientación inequívocamente peronista de su línea editorial.

Lo cierto es que aquella fascinante experiencia duró poco (creo que no llegamos a editar más de 180 números de Democracia), y el núcleo peronista fue desplazado de la dirección del diario. Esta circunstancia nos movió a formar una Agrupación política que giraría bajo el nombre de Reconquista, en alusión al nombre del periódico que dirigía don Raúl SCALABRINI ORTIZ.

Aquella Agrupación Reconquista despertó filias y fobias. Y quizá sigue despertándolas en círculos recalcitrantes. Fue tachada de grupúsculo comunista, de organización sectaria y fascista y, como no, de célula subversiva. Pese a que, entre dirigentes y simpatizantes, nunca llegamos a contar con más de 30 adherentes, adquirimos pronto una cierta presencia en el escenario político salteño y, a través de una elaborada política de alianzas, un peso significativo dentro del peronismo local de los años 70.

Pensábamos que en la ortodoxia peronista estaban todas las verdades y todas las herramientas para transformar a la Argentina y construir la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria. Actuábamos guiados por una lealtad severa a las directivas de Perón, a quién considerábamos infalible. Cometimos todos los errores imaginables, menos uno: Jamás ejercimos la violencia, aunque la sufrimos.

La originaria solidez de la Agrupación fue lentamente desapareciendo. Primero, por las divergencias internas que surgieron tras la muerte del General Perón y las posiciones a asumir respecto del Gobierno de Isabel Perón. Luego por el demoledor golpe militar de 1976 que obligó al exilio (interior o exterior) a buena parte de sus miembros, permaneciendo el resto, mientras duró la dictadura de Videla, en la penosa condición de malditos y sospechosos.

En fin, una experiencia polémica que, como otras, está abierta a la reflexión, pendiente de estudio.

(Para FM Aries)

jueves, 29 de julio de 2010

Piazzola en Vaqueros

Vaqueros es, por definición, un pueblo de vacas y pastores. Pero en nuestro Vaqueros, departamento La Caldera, hay además bellos ríos de montañas, formaciones selváticas, humedades perpetuas, chuñas y chiflones, boîtes a la antigua usanza, recoletos restaurantes, misa-chicos fervientes, gente laboriosa y un Intendente que se ocupa preferentemente de las fiestas.

Vaqueros, aprovechando su proximidad con nuestra capital, está poblándose a ritmo acelerado. Bien es verdad que la ausencia de un plan maestro que guie su desarrollo urbano, origina agresiones incontroladas al medioambiente y un crecimiento que carece de las infraestructuras que son requisito del bienestar.

Afortunadamente hay muchos vaquereños con vocación autonomista; de esos que no se sientan a esperar resignadamente a que el Intendente de turno resuelva los problemas comunitarios. Que se asocian para progresar, para abordar problemas como los que plantean la recogida de los residuos domésticos, la extensión de la red de gas, la iluminación de las calles o el uso de las aguas comunes. Gente inquieta que sabe de controles republicanos, de derechos y deberes. Paisanos de esos que suelen incomodar a quienes detentan ocasionalmente los poderes públicos.

En materia de música, Vaqueros vive una realidad que sorprende. Sin desplazar a los viejos folkloristas ni a los bombos legüeros, han comenzado a sonar otros instrumentos y otros estilos. Asistimos a una irrupción de musical no tradicional para la zona, de la mano de varios maestros de nuestra orquesta sinfónica, que han decidido radicarse en Vaqueros atraídos por su paz y sus paisajes.

La novedad radica en que estos nuevos músicos no solamente viven en Vaqueros, sino que practican allí su arte. Unas veces ensayando en la intimidad, y otras compartiendo su quehacer musical en espléndidas y sobrias veladas vecinales.

Sin ir más lejos, la semana pasada Rita CORCES, con flauta traversa, y Eugenia PACHECO AREVALO, al piano, deleitaron a los vecinos con un singular concierto centrado en la obra de Astor PIAZZOLA. Los acostumbrados a escuchar Adiós Nonino a través del bandoneón quedamos sorprendidos, diría que deslumbrados, por las posibilidades que al tango abre la flauta traversa en dúo con el piano. Una experiencia que, como recordó Rita CORCES, conecta con el pasado del tango que, en sus orígenes, solía ser interpretado por flautas arrabaleras.

Aquella noche, nuestras vecinas, ocasionales intérpretes del tango y consumadas cultoras de la música clásica, deleitaron a la audiencia presentado arreglos que exploraron caminos poco transitados dentro de la estética del gran PIAZZOLA.

Por aquello de que no sólo de arte vive el hombre, la velada terminó con las delicadas creaciones que presentó Juan Blas, un joven chef representante de la nueva cocina salteña.

domingo, 25 de julio de 2010

Peronistas "amarillos" en acción

Constato que los salteños, pese a cierta tendencia innata a criticar y denigrar, somos también propensos a los reconocimientos personales, a las efemérides, a los homenajes póstumos, a los agasajos acompañados de gastronomía y resonantes discursos. Nos damos fácilmente a la nostalgia y, cuando emigramos, vivimos añorando la tierra, el paisaje, los bares y los noviazgos locales.

Celebrar, celebrarnos y ser celebrados forma parte de nuestras más firmes vocaciones.

Fieles a este talante, maduros líderes políticos, la mayoría de ellos en estado de muy digno y voluntario ostracismo, decidieron reunirse en el mítico Bar Los Tribunales para rendir homenaje al General Juan Domingo Perón, en un nuevo aniversario de su fallecimiento, y recordar a los fundadores de la Lista Amarilla, una expresión depurada del peronismo salteño de los años ochenta.

Los históricos sobrevivientes amarillos, que fueran despojados de un legítimo triunfo electoral por sus oponentes de la Lista Roja merced a un recordado fallo judicial, lograron reunirse dejando de lado sus actuales preferencias políticas y sus trayectorias posteriores a aquel épico combate que, créase o no, decidió de alguna manera la suerte de la Salta política.

El acto fue, al menos para mí, una espléndida muestra de madurez cívica, de expresión de una desusada convivencia entre fraternidad y política. Sin agravios, ni resentimientos malsanos, los amarillos se mostraron orgullosos de una especie de identidad doctrinaria y generacional, un fenómeno que no suele darse en los grandes centros urbanos de la híper modernidad.

Gente del interior (como les gusta ser llamados a los líderes no capitalinos), dirigentes barriales de larga trayectoria, antiguos representantes sindicales, guapas mozas intactas o retocadas por estilistas, doctores sesentistas, y algún que otro poeta compartieron cafés y soda mientras un enfático presentador daba paso a los oradores o leía el listado de los hombres y mujeres objeto de tan emotiva recordación.

Como he dicho antes, el acto tuvo lugar en el Bar Los Tribunales, que no por casualidad alberga la única galería de fotos que recuerda a parroquianos, intelectuales y dirigentes políticos por encima de banderías. Lo singular no es la idea de acumular fotos, sino la decisión de hacerlo sin sectarismos, a sabiendas de que la mayoría de los allí recordados fueron salteños honrados y amigos, antes que partidarios de tal o cual corriente de opinión.

Si es cierto que, como enseña una de nuestras principales filósofas, la tolerancia es la base de la convivencia. El acto del pasado 2 de julio, al que asistieron también líderes radicales y de otras agrupaciones no peronistas, dio muestras de que esta virtud cívica anida en varios corazones y mentes salteñas.

(Para FM Aries)