viernes, 16 de octubre de 2009

A la busqueda de un nuevo modelo

(Anoche, en el ciclo de reflexiones sobre un Plan Estratégico para Salta que organiza la Fundacion COPAIPA, tuve oportunidad de charlar con un distinguido grupo de comprovincianos inquietos. Esta es la parte final de mi intervención)


Han transcurrido 80 años desde que en 1930 la Argentina sufriera el primer quiebre de las instituciones de la república alberdiana y se viera forzada a reemplazar un modelo económico y de integración en el mundo, para atender al nuevo escenario creado por la Gran Crisis de ese tiempo y por los conflictos armados que asolaron a la humanidad.

Vivimos, durante ese tiempo, momentos de prosperidad, euforia y esperanzas, a los que invariablemente sucedieron etapas de estancamiento, pobreza y pesimismo.

Aunque a veces nos cueste reconocerlo, las marchas y contramarchas de nuestras políticas tuvieron como punto de referencia los acontecimientos internacionales y la evolución de la economía mundial. Nuestros líderes sucesivos actuaron para absorber esos acontecimientos, para que la economía local se acomodara a las crisis externas, para aprovechar oportunidades o protegernos de acechanzas, cuando no para confrontar con ese mundo.

En los últimos 25 años logramos asentar la democracia y darle la deseada continuidad; no obstante hay en este terreno de las instituciones y de los valores, un enorme camino reformista por recorrer.

En este apasionante período, el mundo experimentó cambios sustantivos e irrevocables. La caída de la ilusión comunista y la aparición de nuevos grandes actores, alteraron los equilibrios precarios de la segunda posguerra.

La llamada globalización (o mundialización) de los intercambios y de los riesgos, el ingreso a los mercados de un gran número de consumidores de alimentos, el incipiente auge de las bioenergías, la preocupación por el medioambiente y el importante mejoramiento de los precios de las materias primas e, incluso la reciente crisis financiera mundial, han modificado drásticamente los escenarios donde nos desenvolvemos loa argentinos y, desde luego, los salteños.

Una modificación de la que emergen amenazas (la de quedar definitivamente atrás en el escalafón que mide el bienestar y la prosperidad de las naciones, es una de ellas), pero también una enorme oportunidad para un país como la Argentina.

Es cierto que por momentos, la ansiedad nos acerca al pesimismo paralizante. Los que la experimentan, pensarán que plantear objetivos con miras a 2016 es hablar del largo plazo (momento en el que según KEYNES, “estaremos todos muertos”).

Sin embargo, creo que 2016 nos abre un horizonte para la reflexión y el diálogo que preceden a la acción constructiva.

Mi presentación de esta noche, de cuyas limitaciones soy plenamente consciente, pretende mostrar las raíces y los límites del modelo económico nacido en 1930. Y pretende también esbozar un camino que, aprovechando las oportunidades globales, nos permita erigir una república próspera y cohesionada.

La riqueza real y potencial de Salta, expresada en sus recursos naturales y humanos y en la reciente trayectoria de la economía agrícola, minera y turística privadas, nos brinda lo necesario para inaugurar un ciclo de prosperidad y estabilidad.

Para traducirlo en hechos que nos permitan, además, superar el subdesarrollo y la pobreza, necesitamos que la Argentina sea (o vuelva a ser) una república federal.

Siendo esto muy importante, no alcanza. Precisamos también que Salta adquiera un peso intelectual y una influencia política que nos conviertan en actores relevantes en las mesas donde se decide el futuro de todos.

lunes, 12 de octubre de 2009

Julio Bárbaro y su juicio a los años 70

Julio Bárbaro es, además de un distinguido amigo, un peronista singular. Por lo pronto, se licenció en Ciencias Políticas, rehúye de la obsecuencia, piensa y escribe. Lo que no es poco.

Pertenecemos a una misma generación y en los años sesenta compartimos ilusiones, posicionamientos y desencantos. Después, nuestros caminos se bifurcaron, sin afectar una amistad que conservamos pese a las distancias.

Pues bien, Julio Bárbaro acaba de publicar “Juicio a los Setenta”, un libro donde repasa su trayectoria y reconstruye acontecimientos de nuestra historia de los últimos 40 años, aportando consideraciones que entiendo de interés.

Por haberlas vivido intensamente rescato las referencias a la Mesa del Trasvasamiento Generacional, que agrupó a los jóvenes que rechazábamos la violencia y poníamos énfasis en la lealtad a Perón.

Confluimos allí jóvenes de cuna peronista, y jóvenes devenidos peronistas ante el estupor de sus padres gorilas. Unos proveníamos de la izquierda reformista laica, otros del cristianismo universitario.

Quiero detenerme en un aspecto aparentemente menor de esta diferencia ideológica. Mientras los reformistas vivíamos, de una u otra forma, la experiencia de la liberalización de las costumbres amatorias y de la revolución femenina, nuestros compañeros cristianos sufrían las restricciones de la estricta moral de la Iglesia.

En su libro, Julio Bárbaro relata las tribulaciones de los jóvenes cristiano-peronistas abrumados por el dogma de la castidad, y seguramente exagera al decir que varios de ellos (se refiere a algunos de sus amigos montoneros) estaban dispuestos a matar antes de animarse a acostarse con la novia.

Sin duda, mis discrepancias con las ideas de Julio Bárbaro son mas que las coincidencias, pero ello no me priva de reconocer la valentía de algunos de sus juicios ni de saludar la aparición de su libro.

(Par FM Aries)

domingo, 11 de octubre de 2009

Salta ante el Bicentenario: Fortalezas

He aquí algunas de nuestras fortalezas.

•Talentos vivos
•Antecedentes cosmopolitas y rebeldes
•Recursos naturales
•Paz social
•Deseos de progreso
•Conectividad incipiente
•Curiosidad
•Empresariado agropecuario
•Valores familiares
•Salteños en el exterior
•Vocación federalista
•Asociacionismo incipiente

Salta ante el Bicentenario: Debilidades

¿Cuáles son, a mi entender, las principales debilidades de Salta (su economía y su sociedad) de cara a los próximos Bicentenarios? He aquí una docena de ellos.

•La educación
•Los centralismos
•Políticas sociales
•Regulaciones e incentivos
•Infraestructuras
•Talentos desalentados o rutinizados
•Desordenes sexuales
•Acceso a la información pública
•Estadísticas
•Amateurismo
•Manejo del tiempo
•Cultura social, política y económica