viernes, 13 de mayo de 2016

¿Duplicar la indemnización por despido?


CUANDO LOS SINDICATOS PASAN A LA OPOSICIÓN

José Armando Caro Figueroa

Ex ministro de trabajo de la Nación (1993/1997)

Tras denunciar el pacto militar-sindical, el Presidente Raúl Alfonsín imaginó reformar el sindicalismo “oficial” mediante un proyecto de ley ideado por su Ministro de Trabajo Antonio MUCCI. Dio una enconada batalla política y parlamentaria y fue finalmente derrotado por la coalición peronista mayoritaria en el Senado. Batalla y derrota que, como se sabe, dejaron hondas huellas en el período alfonsinista.

Dieciséis años después otro gobierno de inspiración radical, el presidido por Fernando de la Rúa, creyó modernizar el sistema de relaciones de trabajo y, de paso, erosionar el poder de la burocracia sindical de obediencia peronista, con otro proyecto de ley. Si bien, luego de un trámite escabroso, el Presidente logró su sanción, pronto comprobó sus limitados efectos sobre las relaciones laborales y su nulo impacto en la conformación de aquella sólida burocracia.

Han pasado poco más de otros dieciséis años, y el Presidente Mauricio Macri se apresta a resistir en todos los frente la iniciativa coordinada de los brazos político y sindical del peronismo, orientada a duplicar la indemnización por despido, como medida sedicentemente orientada a favorecer el empleo.

Pese a que la iniciativa, de prosperar, no satisfará las buenas intenciones que declaman sus impulsores, poderosos sectores empresariales y económicos se revuelven contra el Proyecto al que atribuyen toda clase de efectos nocivos. Y parecen haber logrado convencer al Presidente de la Nación acerca de la necesidad de frenar el trámite y, en su caso, de vetar la ley.

Existe, desde siempre, un sector de la derecha argentina poco dispuesto a admitir cualquier tipo de concesiones en el campo de los derechos de los trabajadores. Al menos así actúan cuando creen “tener la vaca atada” y también, como quedó de manifiesto en la década pasada, cuando –aplausos mediante- encuentran la manera de que la mayoría seudo izquierdista se pliegue a sus intereses más profundos.

Si bien, al menos en mi opinión, duplicar la indemnización por despido no defiende el empleo, tampoco agrava los severos problemas que hoy presenta el mercado de trabajo en nuestro país. La batalla alrededor de este tema es, antes que nada, una batalla simbólica en términos de poder.

En efecto, mientras que el peronismo –sindical y político- pretende reagruparse alrededor de banderas obreristas, la gran patronal entiende que los resultados electorales del año pasado obligan a arrinconar a tan incómodos antagonistas.

Así las cosas, el Presidente Macri debería advertir que el Proyecto de Ley sobre despidos es, en realidad, la respuesta de menor intensidad que el peronismo puede poner sobre un escenario que, para reparar daños heredados, está afectando a quienes perciben rentas en forma de salarios, subsidios o jubilaciones.        

Añadiría que esta respuesta de rango parlamentario y baja intensidad, viene impuesta por las formas unilaterales utilizadas por el gobierno para “sincerar”, “ajustar” a “sanear” la maltrecha economía argentina.

Para rehuir de los malos precedentes enunciados más arriba y evitar una escalada de conflictos perniciosos, el gobierno debería desoír las monsergas apocalípticas, aceptar la sanción del Congreso de la Nación y abrir el camino al diálogo y a la negociación tripartita.

Salta, 3 de mayo de 2016