Celebro, como miles de oyentes, el regreso a las ondas de Compartiendo su Mañana, un programa caracterizado por la independencia de criterio y por la participación ciudadana que, por lo demás, resulta de señalada importancia para el cotidiano ejercicio de la libertad de expresión.
Compartiendo su mañana marca, de alguna manera, el inicio del año político salteño. Y no me refiero al año político institucional que se inaugura, como bien sabemos, con las sesiones de ambas Cámaras legislativas, sino al año político en donde los protagonistas o coprotagonistas son los ciudadanos que deciden expresarse con independencia de los cauces del poder formal.
Compartiendo su mañana es, a mi modo de ver, uno de los escasos puntos en donde se articulan el quinto poder (el poder de los ciudadanos que se movilizan, quieren saber e influir), y el cuarto poder (constituido por la a veces difusa opinión pública y los medios de comunicación independientes).
Luego de esta celebración gozosa, quiero agradecer al Director y al equipo de FM ARIES esta nueva oportunidad que me brinda de tomar contacto con los ciudadanos inquietos que viven en Salta.
Debo recordar que hacia el pasado mes de agosto, justo cuando había llegado a la columna número 300, me vi obligado a interrumpir mis columnas por la imperiosa necesidad de cumplir con dos compromisos si se quiere intelectuales:
El primero cerrar un Tratado sobre el Derecho de Huelga, que espero vea la luz antes de finales de este año.
El segundo avanzar sobre mis memorias políticas centradas en la década 1966/1976; más precisamente en la historia política de esa década turbulenta en Salta.
Para el año que se inicia he pensado hacer girar mis columnas alrededor de un tema que me parece crucial: el modelo de crecimiento efectivamente vigente en Salta y sus imperiosos límites.
Hablaré entonces, en sucesivas columnas, de medio amiente, de urbanismo, de participación ciudadana, de la fiebre especulativa que nos sofoca, de exclusión social, del novísimo derecho (el derecho ambiental), del poder de policía en su más amplia acepción, de los antiguos y nuevos actores sociales.
Naturalmente,cuando las circunstancias o la agenda estratégica mundial o local así me lo aconsejen, incursionaré en temas diferentes a los antes enumerados. Siempre con el intención de aportar un punto de vista, respetuoso de todos los demás posibles, sobre asuntos de interés de nuestra comunidad.
Bueno. Esto es todo por hoy. Me queda sólo reiterar mi alegría por este rencuentro, felicitar a don Mario Peña haciendo votos por su éxito, y expresar a los oyentes mis deseos de que 2012 sea un año donde progresen, en Argentina y el mundo, las libertades, la justicia y los derechos fundamentales.
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