Hacia finales de los noventa el Gobierno de Salta, siguiendo experiencias importadas y con el atinado propósito de mejorar el funcionamiento de su Administración, le encomendó la elaboración de lo que se conoce con el nombre de “Cartas de Servicios”.
Desde entonces, son varias las estructuras administrativas que en cumplimiento de tal encomienda están definiendo, a través de un instrumento de acceso público, sus estándares de calidad, sus objetivos, la misión y los valores que presiden su funcionamiento.
Los principales beneficiarios de estas “Cartas” son los ciudadanos que acuden a las oficinas públicas en busca de servicios y prestaciones, así como quienes contratan con el Estado provincial y, como no, los empleados públicos.
Al menos en la teoría, la administración y los administrados disponen ahora de una suerte de código estable con descripciones bastante precisas de los derechos y deberes de cada uno de ellos.
Por supuesto, las “Cartas de Servicios” no hacen sino desarrollar los valores constitucionales y promover el cumplimiento de las leyes que rigen el funcionamiento de cada organismo.
Pero, por su lenguaje (más directo y accesible que el que suelen emplear los juristas de provincias) y por su grado de concreción (mayor que el de las leyes administrativas), las “Cartas de Servicios” están destinadas a facilitar a los ciudadanos el acceso a la Administración Pública.
Marcando una tendencia que no cabe sino elogiar, en estos últimos dos meses, varias direcciones y organismos han llevado sus “Cartas” al Boletín Oficial.
Queda por delante un doble esfuerzo: De un lado, capacitar a los empleados públicos encargados de hacerlas realidad. De otro, la difusión ciudadana de las “Cartas”, de modo que todos conozcamos mejor nuestros derechos aún antes de llegar a las –a veces- temibles ventanillas.
(Para FM Aries)
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