Según el INDEC, todo está fantástico: La inflación es bajísima, el empleo aumenta, la producción crece a un ritmo estupendo.
Desafortunadamente las cosas están sucediendo de otra manera.
Si en mi anterior columna abordé el tema de los precios, hoy me referiré a la marcha de la producción agregada, vale decir al Producto Bruto Interno.
El discurso del Gobierno, que el INDEC traslada a las estadísticas, pretende que continuamos creciendo pese a la crisis internacional, demostrando así la fortaleza del “modelo” ideado por el genio del matrimonio gobernante.
Como lo comprueban día a día nuestros agricultores e industriales, el pequeño comercio, las constructoras y nuestros trabajadores, en Salta la producción ha perdido fuerza y dinamismo.
Dado que no contamos con estadísticas locales actuales y suficientes, permítanme mostrar algunos datos del ámbito nacional.
Según mediciones no oficiales pero sólidas (cito las que elabora FIEL), la producción total argentina en los últimos 9 meses, cayó un 7,1%. A su vez, en los últimos 4 meses, la caída de la producción industrial fue del 12,9%. En este mismo período, los permisos de construcción retrocedieron un 25%. Por último, nuestras importaciones de bienes de capital (sustantivos para apuntalar nuestro desarrollo) cayeron un 44%.
En algunos sectores y en algunas zonas del país, este retroceso está traduciéndose ya en una destrucción de puestos de trabajo, como lo acaba de manifestar el líder de la CGT oficialista.
Semejante caída de la actividad repercute sobre los recursos nacionales y provinciales, pese al respiro que significó el expolio de los aportes jubilatorios.
En resumen, estamos frente a una crisis que, obviamente, es más severa en distritos como Salta.
(Para FM Aries)
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