Los alumnos y sus familias han dejado de
creer en las vacías consignas políticas que prometen “más y mejor educación”,
sin explicar cómo ni cuándo esta esperanza se hará realidad. Muchos advierten
que, para colmo de males, no siempre la huida hacia la escuela privada logra dotar
a nuestros jóvenes de las herramientas imprescindibles para vivir dignamente en
un mundo en cambio.
Los indicios de que la Educación no cumple en
Salta el papel imprescindible para constituir una sociedad civilizada, libre y justa,
son abrumadores. La mayoría de nuestros problemas reconducen a las carencias
educativas: Desde el pésimo funcionamiento del régimen político (caracterizado
por una débil conciencia cívica), hasta la violencia de género, el deprecio por
el ambiente, o los accidentes de tránsito, son acontecimientos vinculados de
una u otra manera a las carencias educativas.
Un Gobierno
sin Proyecto Educativo
En este escenario, la política provincial
oscila entre la perplejidad, las ideologías retrógradas, el seguidismo a las
directivas centralistas, y la demagogia. O sea, en el ámbito de la Educación, el
señor Gobernador reproduce los lineamientos de toda su gestión: abulia,
ausencia de Proyecto, abandono de las banderas federalistas, y abuso del
discurso triunfalista y mendaz.
En realidad, de un tiempo a esta parte las
medidas oficiales apuntan a tranquilizar a los alumnos y sus familias abordando
temas tangencialmente relacionados con la Educación: Boleto gratuito y Plan
para que los niños pobres abandonen los comedores comunitarios y regresen a la
mesa hogareña. Sin duda, las ayudas económicas a la pobreza son necesarias y
justas; pero lo son, sólo en la medida en que apunten a sacar a niños y jóvenes
del estado de precariedad que les condena a la exclusión.
Las reticencias en materia de educación
sexual muestran que el señor Gobernador, luego de una primera etapa donde
reinaron el oscurantismo y el elitismo[3],
prefiere perseverar en una visión dogmática y retrógrada de la Educación y de
la sociedad que le toca gobernar.
Por otra parte, las respuestas a la huelga
docente expresan, una vez más, aquella visión autoritaria que rehúye el diálogo
de buena fe, que busca domesticar voluntades para usarlas de ariete en contra
de los legítimos representantes, o que impone multas millonarias a los
sindicatos.
Comenzar a
pensar el futuro
El estado actual de nuestra Educación y de
los debates alrededor de su presente y de su futuro, contrasta con la
existencia en Salta de personas cualificadas[4]
que han dedicado su vida a estudiar el proceso educativo local y en otras
regiones y países. Personas que además de estudiar y perfeccionarse, han
ejercido la docencia durante largos años lo que les permite contar con una
visión teórico-práctica que los responsables políticos (gobiernen o pretendan
gobernar) absurdamente desdeñan.
A ellos y a otros expertos debería apelar
Salta en su empeño por conocer qué está sucediendo en materia de Educación y
porqué sufrimos tan malos resultados pese al esfuerzo económico que realiza la
sociedad. También, para saber qué medidas hay que adoptar para revertir una
situación que produce frustraciones, violencias, ignorancia cívica, ineptitud
productiva y aislamiento pueblerino.
Las estadísticas y los estudios que el Gobierno
elabora en materia de Educación, son tan precarios como los que se observa, por
ejemplo en el ámbito de los precios, del trabajo, o de la pobreza. Tenemos una
administración que no sabe sumar ni analizar datos, y que, cuando incursiona en
este terreno con un mínimo de rigor, termina escondiendo la información para no
desairar al Poder Central. Adviértase que esto sucede también en el ámbito del
Poder Judicial, donde abundan las barreras para acceder incluso a datos por lo
demás insuficientes y defectuosos.
A la espera de que los expertos hagan
escuchar sus voces e ideas, surgen algunos interrogantes: ¿Debemos continuar obedeciendo
a los dictados educativos de la Nación? ¿La profesionalidad y dignidad de los
docentes dependen sólo de los salarios o reclaman un nuevo régimen de
remuneraciones e incentivos junto a nuevas reglas y escalafones que
reestructuren la carrera docente? ¿Los planes de formación de maestros y
profesores son suficientes y adecuados para esta Salta en un mundo en cambio? ¿Qué
hay que hacer para reconstruir el Pacto no escrito entre la Familia y la
Escuela? ¿Cómo insertar al voluntariado en las acciones educativas? ¿Ha llegado
la hora de recrear un órgano participado para la política, las estadísticas y la
gestión educativa, así como para la evaluación de los resultados, dando
protagonismo a los diversos actores del sistema educativo provincial? ¿Los
tradicionales modelos (centralistas, verticales y burocráticos) de gestión y
financiamiento de la educación provincial siguen siendo válidos, o reclaman
cambios que apunten a mejorar los resultados de la educación?[5]
¿Qué ventajas hay en un sistema de gestión educativa descentralizado y con eje
en escuelas dotadas de autonomía? ¿Cómo abordar los déficits de la cultura
salteña en materia de comunicación y resolución de conflictos? ¿Los actuales contenidos
educativos contribuyen verdadera y eficazmente a la múltiple tarea de formar ciudadanos (conscientes de sus deberes y
derechos, instruidos en los valores democráticos y en los principios
republicanos, y aptos para la etapa cosmopolita), personas (libres, cultas y en condiciones de alcanzar espacios de
felicidad), y trabajadores (cualificados
en función de nuestro perfil productivo)?
Vaqueros (Salta), 7 de junio de 2014.
[1] Discurso del Ministro de Educación de Salta
en el X Foro Latinoamericano de la Educación organizado por la Fundación
Santillana (Buenos Aires, mayo de 2014).
[2] Centro de Estudios de la Educación Argentina
(Universidad de Belgrano), Junio de 2014.
[3] Me refiero a la gestión del Ministro de
Educación del primer Gabinete del Gobernador Urtubey.
[4] Muchos de ellos discípulos del profesor
Víctor Savoy Uriburu, creador de la carrera universitaria de Ciencias de la
Educación.
[5] Véase el Documento elaborado por el Centro
de Estudios en Políticas Públicas: “Una
nueva agenda educativa para el país” (Mayo de 2014)
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