Casi todo el mundo habla de ellas. Pero ¿qué son en verdad las retenciones? y ¿qué consecuencias tienen para Salta?
Son, dicho en términos casi coloquiales, un impuesto que recauda el Estado Nacional, y que se aplica sobre el valor facturado y no sobre las utilidades o beneficios netos del productor.
Desde hace al menos un año, su vigencia y su cuantía son objeto de un duro enfrentamiento político entre el Gobierno Kirchner y lo que genéricamente se llama “el campo”.
Pero las retenciones avivan también una suerte de debate ideológico, donde los setentistas recalcitrantes piensan que hay que expropiar a la oligarquía vacuna y agropecuaria, para que la mano bienhechora del matrimonio gobernante haga justicia social y gane elecciones.
Sus consecuencias sobre Salta y los salteños son devastadoras.
Desalentaron la producción y el empleo; frenaron el avance de la frontera agrícola; trabaron inversiones en infraestructura y, como no, privaron a la Provincia de mas de 700 millones de pesos de ingresos, como acaban de ponerlo de manifiesto los productores locales agrupados en PROGRANO.
700 millones es mucho dinero. Alcanzaría, por ejemplo, para duplicar el Plan de Obras Públicas y todos los programas sociales de ayudas a las familias previstos para el año en curso.
Es verdad que una parte ínfima de esto vuelve a la Provincia. Pero lo hace para alimentar vasallajes y centralismos. Obligando a nuestros gobernantes, incluidos los Intendentes, a obedecer y callar.
Vale decir, las retenciones dañan a nuestra economía, debilitan al Estado provincial, y frenan cualquier intento de elevar la calidad de nuestras instituciones republicanas.
(Para FM ARIES)
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