viernes, 21 de agosto de 2009

Nuestra historia reciente narrada por un científico

A muchos argentinos nos apasiona la historia. Una pasión que algunos transforman en vicio, en fuente de argumentos para el odio, o en oportunidad para manipular acontecimientos.

Mi concreta afición por la historia se traduce en la lectura de libros sobre nuestro pasado nacional y provincial, y también en el empeño por ordenar recuerdos y ensayar relatos sobre aquel pasado.

Permítanme reseñar aquí la reciente obra de Marcos NOVARO (“Argentina en el fin de siglo. Democracia, mercado y nación”), que analiza la evolución de nuestro país en el período 1983 a 2001.

Los hechos relevantes de los primeros veinte años de democracia, el ascenso y caída de nuestros líderes, nuestras ilusiones y fracasos colectivos son narrados y explicados con rigor intelectual.
NOVARO no es un historiador corriente. Su formación sociológica y su conocimiento de las claves de la economía le permiten un abordaje singular de los hechos del período. Cuenta, además, con la inapreciable ayuda del monumental Archivo de Historia Oral de la Universidad de Buenos Aires.

De su presentación del período que abarca la presidencia de Raúl Alfonsín, rescato dos capítulos, especialmente novedosos y cargados de buena información.

El primero, analiza el largo conflicto del poder civil con los militares. El segundo, trata de las tormentosas relaciones de Alfonsín y los radicales con los sindicatos peronistas.

Me tocó seguir estas relaciones desde mi función de Secretario de Trabajo (1985/1987). Lo que me permite opinar que Marcos NOVARO acierta cuando muestra la improvisación que condujo al pacto con el llamado “Grupo de los 15” y del que surgió el salteño Carlos Alderete como Ministro de Trabajo. Un desafortunado acuerdo que, por lo demás, contribuyó decisivamente al fracaso del Plan Austral y a la ulterior caída del Ministro de Economía Juan Sourrouille.

(Para FM Aries)

2 comentarios:

bea dijo...

Me gustó mucho la nota, espero no recibas este comentario dos veces, ya q te escribí desconociendo todos los pasos q había q seguir para escribirte.
Q cosa esta Argentina q queremos tanto y desilusiona.
No te desanimes, alguien tiene q luchar, impensada la diferencia de la riqueza, podríamos ser Canadá o Australia.
No conozco Salta a pesar q tengo una amiga super querida q vive allí y siempre me invita.
Casi nunca abro el hotmail, hoy lo hice por casualidad y descubrí tu nota.
Saludos.

Armando Caro Figueroa dijo...

Muchas gracias, Bea.