El diario EL PAIS de Madrid, en su edición de hoy, publica un artículo de José Luis Alvarez que quisiera recomendar a mis lectores. Lo he leído pensando (también) en la Argentina de 2001 en donde, en circunstancias parecidas, uno de los "asesinados" fue el Presidente de la Rua.
Las sociedades primitivas, en momentos de desconcierto o terror, cuando la escasez de recursos provoca la lucha entre sus distintos grupos de manera que la supervivencia de toda la comunidad está en juego, reaccionan de modo unitario, seleccionando y asesinando a un chivo expiatorio. En el ritual común de violencia, las ilusiones se unifican y renuevan con la esperanza de que, eliminada la encarnación personalizada del desastre o amenaza, todo volverá a la normalidad.
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