miércoles, 18 de agosto de 2010

Empresas, leyes laborales y derecho medioambiental

La semana pasada, invitados por la Fundación COPAIPA, dos prestigiosos profesores universitarios dieron una importante conferencia bajo el título “El rol del empresario en la ideología anti-capitalista”. Mientras que el profesor Mauricio ORTIN analizó el tema desde la óptica filosófica, el doctor Eduardo Antonelli lo abordó desde el ángulo propio de la ciencia económica.

Mi particular visión de la conferencia, sostiene que los expositores, colocados en una sólida posición de progreso o si se prefiere desde una izquierda democrática, rescataron el papel de los emprendedores y criticaron a las proclamas seudo progresistas tan al uso en Salta y en la Argentina. Escuchar a ORTIN y a ANTONELLI me ayudó a reflexionar acerca del empresariado salteño, a analizar los desafíos que enfrenta, y a intentar inventariar sus virtudes y defectos.

Coincido con ambos en la certeza de que no hay regiones en condiciones de alcanzar éxitos económicos en el mundo globalizado, si no cuentan con emprendedores cargados de talento y de la energía necesaria para producir bienes y servicios creando empleos, riqueza y bienestar.

En Salta hay, qué duda cabe, muchas personas (sobre todo jóvenes) que cumplen estos requisitos. Sin ellos no se entendería el notorio crecimiento de nuestra producción y ciertos avances en terrenos no estrictamente económicos.

Tengo, sin embargo, la impresión de que no todos los que dirigen empresas en nuestra provincia advierten los cambios que, a inusual velocidad, se producen en el entorno en el que deben moverse. Muchos se quejan, y con razón, de la falta de seguridad jurídica que lastra su gestión disminuyendo sus probabilidades de éxito.

Pero esta suerte de incertidumbre jurídica que provoca el Estado, no es razón para pretender que en Salta las inversiones (me refiero a algunas inversiones) deban protegerse mediante excepciones o tratos de favor.

Y hay dos terrenos en donde nuestros empresarios aparecen en conflicto con la legalidad: me refiero a las normas ambientales y a las leyes laborales. Se equivocan quienes invierten creando empleos en negro (un error que, dicho sea de paso, alimenta la costosísima litigiosidad laboral), o producen contaminando o destruyendo nuestro patrimonio arquitectónico.

Necesitamos empresarios capaces de invertir y de ganar dinero si, pero en proyectos laboral y ambientalmente sustentables. Empresarios que adviertan que las complicidades que han tejido con este y con el anterior Gobierno difícilmente podrán repetirse en el futuro.

Y esto que digo respecto de los empresarios, podría decirse también respecto de los profesionales que les auxilian para llevar adelante sus proyectos. Es posible fabricar azúcar o vino, producir electricidad, o construir hoteles, viviendas y galerías comerciales respetando estilos, leyes y entornos. Así sucede a diario en el mundo más desarrollado, no hay razones técnicas para que no pueda hacerse lo mismo aquí.

(Para FM ARIES)

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