viernes, 6 de mayo de 2011

Urtubey gira ¿o retoca su maquillaje?

El señor Gobernador de nuestra Provincia ha protagonizado dos acontecimientos que le valieron notoriedad nacional y que, en mi modesta opinión, constituyeron dos aciertos simbólicos.

En primer lugar, se atrevió a calificar de pianta votos al todopoderoso secretario general de la CGT, señor Hugo MOYANO. Sorprendió a muchos que el señor Urtubey se expresara de esta forma respecto de uno de los pilares de la coalición que lidera la Presidenta de la República. Pero el resultado electoral de Salta lo habilitaba para tal apreciación que, muy probablemente, fue consultada con las altas esferas del poder nacional.

El segundo acontecimiento positivo fue la invitación que formuló al Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. En realidad, nuestro Gobernador, a diferencia de su antecesor, disfruta conversando con personalidades inteligentes. Fue así como pasaron por Salta los ex Presidentes Eduardo FREI y Julio María SANGUINETI, el gran pensador Roberto MANGABEIRA y ahora Mario VARGAS LLOSA.

En realidad el acierto del señor Gobernador radica en la selección de intelectuales y políticos que, como es notorio, mantienen posiciones críticas respecto del peronismo. Da con ello una clara señal de inteligencia, de apertura mental y de apego al pluralismo que seguramente molestará a muchos de los que conforman aquella poderosa coalición kirchnerista.

Pero luego de este personal elogio a ambas decisiones del señor Urtubey, debo expresar mis dudas sobre las motivaciones y la coherencia de las mismas con su concreto comportamiento político. ¿Buscó posicionarse en el panorama nacional como un líder independiente y centrista? O, por el contrario, ¿está anunciando un giro hacia posiciones republicanas?

Sería de lamentar que se tratase de una simple operación de maquillaje político, de una más. Pero los expertos en marketing electoral saben cómo transformar un caudillo de provincias en un líder nacional; lo hemos visto en varios casos recientes. Los malpensados podrían incluso recordar el afán de ciertos autócratas de rodearse de gente de brillo intelectual. No es mi caso.

Pero para que aquellas declaraciones y esa invitación se correspondan con un deseable giro republicano, el señor Gobernador debería poner en marcha una reforma política que acabe con las reelecciones y las distorsiones que emergen del régimen electoral.

Una reforma que garantice la independencia de los jueces y de los órganos de control.

Que termine con la preeminencia del dinero en la política.

Que renuncie a manipular a los partidos políticos en beneficio de su hegemonía.

Que haga transparentes todas sus decisiones, incluida la distribución de la publicidad oficial.

Que respete a los Intendentes electos en listas opositoras.

Serán señales esperanzadoras para los salteños y mostrarán que ha escuchado con provecho.

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